Hoy es el esperado día en el
que me voy a ver con la persona más maravillosa del mundo, mi novio.
¡Se me hace tarde! Me visto
muy rápidamente y salgo de mi casa cepillándome mi largo cabello negro.
¿¡Qué!? Olvide dejar mi sepillo (otra vez). Vuelvo mis pisadas mientras
termino de peinarme, llego al cuarto de baño y dejo el sepillo. Ahora si que
llego tarde…
Ahí está tan hermoso como
siempre, su pelo dorado resplandece con la escasa luz que pasa entre las copas
de los árboles del parque, él lleva una remera negra que resalta sus esculpidos
músculos y sus Jean desgastados (los que tanto me gustan), pero no hay que
olvidarse de su hermosa cruz que lleva colgada en el cuello con una elaborada
cuerda de cuero negro. Siempre me he preguntado que significado tan importante
tiene para él, ya que nunca lo he visto sin ella, pero no me animo a preguntárselo
por si es muy personal y se enfada conmigo por mi curiosidad.
- Hola, amor. No veía la hora para poder volver a verte.
Su voz, como pude olvidarme de ella,
es grave, muy seductora y siempre suena despreocupada.
- Lamento haber llegado tarde.- Entones sonrió, yo ya
sabia por que. Siempre me pongo nerviosa al verlo y él
lo notó.
El día paso demasiado pronto y mi
nerviosismo, tan rápido como había llegado.
- ya es hora de irme- dije- pero antes una pregunta.
- La que tú quieras, amor.
- Sabes que mi cumpleaños número 15 ya se acerca y me
gustaría que me des una pista de lo que me regalarás.
Entonces se puso tenso, y contesto:
- Pues eso no puedo decírtelo. Por que si te doy una pista pasaras las
siguientes noches en vela pensando que voy a regalarte. Además ya no seria una
sorpresa.
- ¿Entonces dices que no podría adivinarlo? – le respondí
con una sonrisa.
Largo una carcajada muy sonora, casi forzada, y esa
felicidad no llego ni de cerca a sus verdes ojos. Estaban tristes y evitaron mi
mirada intentando que no lo descubriera.
Me despedí e intente no pensar en que algo malo podría
pasarle o que no estaría conmigo dentro de un tiempo…
Pero mi mente no me lo permitía. Me repasaba una y otra
vez las imágenes de sus ojos evitándome, sus acciones torpes con las manos,
sudorosas, intentando ocuparlas haciendo algo… signos de que hay un secreto,
algo que el sabe y no quiere contarme. ¿Pero que puede ser? ¿Qué cosa podría
ser tan grave como para que su humor cambie tan de repente? ¿Esta relacionado
con mi cumpleaños, acaso? Nada de eso puedo saber, lo único que pude deducir es
que, aunque mi novio no lo quiso, esta noche y otras más no dormiría muy bien.
Llegue a mi casa con un humor que pasaba inesperadamente
de el mejor, al peor, cada ves que recordaba lo pasado esa tarde… mi hermana,
de solo un año menor que yo, sospechó lo que me pasaba y cuando estaba a punto
de recostarme, entro a mi habitación:
-¿es un chico cierto?
-¿de que hablas?- pregunte con la voz mas inocente que me
Salio, sin embargo supe que no la engañaría. Mi hermana y yo nos conocemos
perfectamente, nos llevamos bien desde siempre y ella es mi mayor confidente y
viceversa. Pero no puedo contárselo, el amor de mi vida, es precisamente de MI
vida. Pero no creo que pueda escondérselo, y ella lo sabe.
- ambas sabemos que hacerte la “tontita” no te servirá de
nada- dijo con una radiante sonrisa en su rostro angelical- así que ahórranos
tiempo a las dos y dime quien es y que es lo que pasó.
Le conté toda la salida pero evite algunos detalles de la
ultima conversación y solo le dije que mi enojo se debía a que el no me había
contestado sobre lo que iba a regalarme.
Mi hermana quedo satisfecha y se retiro a su cuarto. Esa
noche yo no pude dormir.
A la mañana siguiente estaba muy cansada. Me dolía la
cabeza y…
¿Qué paso? ¿En donde estoy? ¿Esto es la habitación
de un hospital? ¿Que hago aquí?...
- debes estar muy confundida, cariño- dijo la enfermera que
estaba a mi lado. No Había reparado en ella, una mujer de unos 40 años
aproximadamente, de estatura media y el pelo de un color rubio opaco.
- ¿Qué es lo que me paso?
- Llamaré a tus padres para que te lo expliquen. Estarán
muy contentos de verte despierta, se han dado un gran susto.
Mis padres me explicaron que me desvanecí, me llevaron al
hospital y tras hacerme muchos estudios descubrieron un gran problema en mi
corazón. Necesito un transplante urgente y que mi vida no va mas que para
unos días.
No lo aguante mas me levante y Salí corriendo, necesitaba
estar sola…
Mi hermane me siguió, siempre a una distancia prudente
debido a la situación. Mentalmente le agradecí que lo hiciera no estoy con
ganas de hablar, la verdad es que no tengo ganas de hacer nada.
-¿Cómo te sientes?- levante la vista y descubrí que ella
se encontraba delante mío, con los ojos rojos y la cara mojada por las
lagrimas.
¿Que voy a contestarle? Es que… es tan difícil. ¿Cómo me
siento?, me lo repito una y otra vez pero no lo se. ¿Tengo miedo? Si, pero no
de morir, ni siquiera de lo que me puede esperar en el ”mas allá” . Temo que mi
familia sufra mucho, que ya no puedan seguir con sus vidas, temo a despedirme
de ellos. ¿y que hay de esa persona que estará esperándome todos los sábados
como habíamos acordado en esa hermosa plaza? ¿Podré decirle que ya no nos veremos
más? No, no tendría el valor de hacerlo.
-no lo se- le respondí con un suspiro.- ¿me harías un
favor? Si él pregunta por mi dile que lo amo.
Mi hermana capto muy bien a quien me refería y prometió
decirle cuanto yo le pidiera que diga.
- volvamos papa y mama se preocuparan. Y no quiero pasar
más tiempo lejos de ellos.
Los dos siguientes días fueron en verdad agotadores. Todo
hasta que llego la noticia que todos estábamos esperando…
¡Ring ring! ¡ring ring! Mi padre dejo el diario a
un lado y se levanto de su preciado sillón azul marino para contestar el
teléfono. Al colgar se dio la vuelta y se enfrento a nosotros con lágrimas en
los ojos y lo único que se escuchaba era la radio encendida con una canción de
los 80. Mi
padre rompió el silencio y hablo.
- no lo podrán creer- dijo, intentando no echarse a llorar.
Pero ¿de felicidad? ¿estaba sonriendo?
- ¿Qué paso, cariño?- pregunto mi madre muy confusa.
- Consiguieron un donante.- todos nos aliviamos y empezamos
a reír descontroladamente.
- ¿Y quien es?- la curiosidad estaba matándome.
- El doctor dijo que es una persona muy sana que desea
acabar con su vida. Y que al enterarse de que tu necesitas un corazón… que
mejor manera de morir que salvando a alguien. ¿No?
- P… - las palabras no me salían y tartamudee un par de
veces hasta aclarar mis ideas.- ¿Podré conocerlo?
- No, el no desea darce a conocer. Lo lamento- agrego al
ver la exprecion de mi rostro.
Ya es la hora, en unos minutos estaré dormida por la
anestesia, en unas horas sana y salva otra vez, y en unos días habré retomado
mi vida.
Desperté por segunda vez en una semana en la sala del
hospital. La misma enfermera me miraba sonriente al lado de mi camilla y más
allá estaban mis padres. Pero no veía a mi hermana por ningún lado y volvió a
mi mente la última conversación que tuvimos antes de la operación.
- ¿tienes miedo?- pregunto
- No, bueno tal vez un poco. ¿y tu?
- Si, no quiero perderte. Te quiero demasiado, no lo
soportaría.- desde allí si tenia miedo.
-¿donde esta Jesse?- pregunte al
fin.
- en el parque, reflexionando, creo.
- ¿alguien le dio la noticia?
-no la emos visto desde que salio
del hospital.
Ya a pasado una semana desde la
operación, me encontraba muy bien, como nueva. Mi hermana estuvo un poco rara,
evitaba mi mirada casi todo el tiempo. Asi que desçcidi averiguar lo que pasab
y esa noche le hice una visita en su habitación…
- ¿Qué es lo que te pasa?- pregunte, no mas pasar y cerrar
la puerta.
- ¿Recuerdas que no estuve ahí cuando despertaste?
- Si
- ¿sabes donde estaba?
- Claro, papa dijo que en el parque.
- Bien, una chiquilla se me acerco y me entrego esto- dijo
dejando un paquetito blanco sobre mi regazo.- dijo que te lo diera esta noche
cuando tu vinieras a verme. ¿Cómo lo sabia? ¿Como supo que tu ibas a venir?
- No lo se.- abri el paquete y senti como si toda la sangre
huyera de mi cuerpo. Ahí estaba, en todo su esplendor, la cruz que mi novio
siempre llevaba puesta. Las lagrimas empezaron a caer como si estubieran en una
carrera.
Abri aun mas el sobre mientras me ponia la cruz alrededor
de mi cuello y descubri que habia una carta, esta decia:
“Amor mío:
Los mejores momentos los he pasado con tigo… lo menos que podía hacer es darte
el mejor de los regalos para tus quince años. Y por si lo olvidaste, hoy es tu
quinceavo cumpleaños.
Este regalo nadie lo supera, te entrego mi corazón, que ya era
tuyo. Espero que no me olvides nunca.
TE
AMO
Al otro lado decía:
P.D.: la cruz es el significado de mi amor por ti, la compre la primera vez que te vi…
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